LA CAMERATA CERVANTINA EN RUMANIA
Escenario Pucioasa
Crónica del viaje y conciertos
Los pasados días 28, 29, 30, 31 de agosto y 1 de septiembre de 2008, La Camerata Cervantina ha viajado hasta Rumania, junto a la asociación de Coros y Danzas, acompañando a una delegación institucional de Alcázar de San Juan.
El establecer futuros lazos económicos, intercambio de experiencias y asesoramiento de carácter técnico-administrativo con respecto a la Unión europea entre las ciudades de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y Pucioasa (condado de Danbovita), ha sido uno de los motivos del viaje. Si bien, el aspecto cultural ha primado y contribuido, de manera sobresaliente, a la consecución y establecimientos de acuerdos entre ambas ciudades en un futuro próximo.
Así es, pues además de los dos conciertos programados de manera oficial (Pucioasa y Pietrosita), se han realizado cuatro o cinco más de manera oficiosa, y en espacios escénicos insospechados.
El día 28, después de nuestra llegada a la ciudad procedentes del aeropuerto de Bucarest, y solventados los problemas del hotel, fuimos invitados a cenar por las autoridades rumanas, a las que obsequiamos con algunos de nuestros temas al final del ágape. El Alcalde de Pucioasa se encontraba a gusto, y quiso que siguiéramos la juerga ofreciéndonos, a toda la expedición, tomar una copa en un pub cercano al aire libre a lo cual accedimos. Totalmente relajados y a la luz de esa inmensa luna que se muestra a la falda de los Carpatos, Alicia, acompañada de la guitarra y el chelo, nos canto las mejores torras de Villa de Ves que he escuchado, además de otros temas intimistas de nuestro repertorio que sorprendieron, muy gratamente, al pequeño auditorio allí reunido.
El día 29 estaba prevista la recepción oficial en el Centro Cultural de la Ciudad y la Inauguración de las fiestas por parte de las autoridades rumanas y españolas entre las cuales se encontraban la Cónsul española y el Presidente de la Diputación de Danbovita. Minutos antes de comenzar la recepción, el Alcalde, saltándose el protocolo y totalmente fuera de programa, nos pidió que al finalizar las intervenciones interpretáramos dos de los temas que tanto le gustaron la noche anterior, a lo cual, evidentemente, accedimos. Esa misma noche, después de la cena, hubimos igualmente de tocar y cantar para todos los invitados, que superaban con creces a los de la noche anterior, terminando a altas horas de la madrugada.
El día 30, después de visitar durante la mañana uno de los castillos más suntuosos y espléndidos que halla visto nunca, regresamos a comer a Pucioasa, prácticamente sin tiempo material para probar sonido antes del concierto previsto para las 17’00h. Antonio, nuestro técnico de sonido, se desplazó hasta el auditorio de verano a las 16’45h. para preparar el concierto, observando, “in situ”, que los recursos y medios de que disponía la empresa de sonido no atendían de ninguna manera al raider previsto. No le dimos importancia a este hecho e hicimos un concierto breve (25’), pues después actuaban los coros y danzas, pero bonito e intenso en cuanto a emociones, gustando bastante al público asistente. Si bien, nuestras sorpresas no terminaban ahí. Desde Pucioasa nos encaminaron hasta Pietrosita, donde debíamos dar el segundo concierto, no sin antes asistir a la ceremonia Ortodoxa de una boda de postín, con la asistencia de autoridades y artistas de los dos países, que se realizaba por el antiguo rito Bizantino. Pues bien, actuamos después de esa arcaica ceremonia, a los pies de la pequeña iglesia y posteriormente en la plaza del pueblo donde, después de la actuación del grupo de coros y danzas, tocamos diferentes temas, terminando con el Padre Capucho que fue bailado por un gran corro en el centro de la vía pública. Fue verdaderamente espectacular.
La cena posterior fue, al igual que las anteriores, ambientada musicalmente por la gente de La Camerata Cervantina que, ampliando repertorio, termino improvisando música de diferentes estilos, con el contrabajo de Antonio “a tope”. Seguro que los rumanos no olvidaran fácilmente la velada.
El día 31 de madrugada, casi desde la juerga, parte de nuestra expedición se desplazo hasta Bucarest para regresar a España y el resto, cruzamos nuevamente los Carpatos a lomos del todo terrenobus de” Farruquito” para comer en Brasof y regresar posteriormente a Puciosa, volando a España en la mañana del día 1 de septiembre.
La experiencia musical y costumbrista ha sido realmente buena; la humana, inolvidable.
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